Carta de Ciudades Europeas hacia la sostenibilidad
(Tal como fue aprobada por los participantes en la
Conferencia europea sobre ciudades sostenibles
celebrada en Aalborg, Dinamarca, el 27 de mayo de 1994).
Parte I:
Declaración de consenso: Las ciudades hacia un desarrollo sostenible
Parte
II: Campaña de ciudades europeas
sostenibles
Parte
III: Participación en las iniciativas
locales del Programa 21: Planes de Acción local a favor de un desarrollo
sostenible.
Antecedentes:
La Carta de Aalborg fue aprobada por los participantes en la Conferencia
europea sobre ciudades sostenibles, celebrada en Aalborg (Dinamarca) entre los
días 24 y 27 de mayo de 1994 bajo el patrocinio conjunto de la Comisión Europea
y la ciudad de Aalborg y organizada por
el Consejo Internacional de Iniciativas Ambientales Locales (ICLEI) . Este
Organismo asumió la responsabilidad de
elaborar el proyecto de la Carta junto con el Ministerio de Planificación
y Transporte Urbano del estado federado
alemán de Renania del Norte de
Westfalia. La Carta refleja las ideas y los términos de un gran número de
colaboradores.
La Carta de
Aalborg fue firmada inicialmente por 80
autoridades locales europeas y 253
representantes de organizaciones internacionales, gobiernos nacionales, centros
científicos, asesores y particulares. Con la firma de la Carta, las ciudades,
poblaciones menores y unidades territoriales
de Europa se comprometieron a participar en las iniciativas locales del
Programa 21 y a desarrollar programas a largo plazo hacia un desarrollo sostenible, a la vez que
iniciaron la campaña de ciudades
europeas sostenibles.
El proyecto de la Carta fue debatido por más de
600 participantes en los 36 cursos prácticos de la Conferencia de Aalborg. En
el texto definitivo se incorporaron muchas observaciones y sugerencias. Sin embargo,
el grupo de redacción de la Carta consideró que numerosas propuestas de
modificaciones básicas y sustanciales merecían
un examen y un debate más
detallados y no podían incluirse como un mero aspecto de redacción. En
consecuencia, se propuso que la revisión de las modificaciones propuestas fuera
responsabilidad del comité de coordinación de la campaña y que la Carta fuera
desarrollada en mayor medida y sometida a los participantes en la segunda
Conferencia europea sobre ciudades sostenibles, que se realizaría en septiembre de 1996 en Lisboa
(Portugal).
PARTE I
Declaración de consenso
Las Ciudades Europeas hacia la sostenibilidad
I.1 El Papel de las Ciudades Europeas
Nosotras
ciudades europeas, signatarias de la presente Carta, declaramos que en el curso
de la historia hemos conocido imperios, estados y regímenes y hemos sobrevivido
a ellos como centros de la vida social, portadores de nuestras economías y
guardianes de la cultura, el patrimonio y la tradición. Junto con las familias
y los barrios, las ciudades han sido la base de nuestras sociedades y estados,
el centro de la industria, el artesanado, el comercio, la educación y el
gobierno.
Comprendemos
que nuestro actual modo de vida urbano, en particular nuestras estructuras de
división del trabajo y de las funciones, la ocupación del suelo, el transporte,
la producción industrial, la agricultura, el consumo y las actividades de ocio,
y por tanto nuestro nivel de vida, no hace especialmente responsables de muchos
problemas ambientales a los que se enfrenta la humanidad. Este hecho es
especialmente significativo si se tiene en cuenta que el 80% de la población
europea vive en zonas urbanas.
Hemos
aprendido que los actuales niveles de consumo de recursos en los países
industrializados no pueden ser alcanzados por la totalidad de la población
mundial, y mucho menos por las generaciones futuras, sin destruir el capital
natural. Estamos convencidas de que la vida humana en este planeta no puede ser
sostenible sin unas comunidades locales viables. El gobierno local está cerca
del lugar donde se perciben los problemas ambientales y muy cerca del lugar donde se perciben los
problemas ambientales y muy cerca de los ciudadanos; comparte además con los
gobiernos a todos los niveles la responsabilidad del bienestar del hombre y de
la naturaleza. Por consiguiente, las ciudades tienen una función determinante
en el proceso de cambio de los modos de vida, de la producción, del consumo y
de las pautas de distribución del espacio.
I.2. Noción y principios de sostenibilidad
Nosotras
ciudades, comprendemos que el concepto de desarrollo sostenible nos ayuda a
basar nuestro nivel de vida en la capacidad transmisora de la naturaleza.
Tratamos de lograr una justicia social,
unas economías sostenibles y un medio
ambiente duradero. La justicia social
pasa necesariamente por la sostenibilidad económica y la equidad, que precisan
a su vez de una sostenibilidad ambiental.
La
sostenibilidad ambiental significa preservar el capital natural. Requiere que
nuestro consumo de recursos materiales, hídricos y energéticos renovables no
supere la capacidad de los sistemas naturales para reponerlos, y que la
velocidad a que consumimos recursos no renovables no supere el ritmo de
sustitución de los recursos renovables duraderos. La sostenibilidad ambiental
significa asimismo que el ritmo de emisión de contaminantes no supere la
capacidad del aire, del agua y del suelo de absorberlos y procesarlos.
La
sostenibilidad ambiental implica además el mantenimiento de la diversidad
biológica, la salud pública y la calidad de aire, el agua y el suelo a niveles
suficientes para preservar la vida y el bienestar humanos, así como la flora y
la fauna, para siempre.
I.3 Estrategias locales hacia la sostenibilidad
Nosotras
ciudades, estamos convencidas de que la ciudad es, a la vez, la mayor entidad capaz de abordar
inicialmente los numerosos desequilibrios arquitectónicos, sociales,
económicos, políticos, ambientales y de recursos naturales que afectan al mundo
moderno y la unidad más pequeña en la que los problemas pueden ser debidamente
resueltos de manera integrada, holística y sostenible. Puesto que todas las ciudades son diferentes,
debemos hallar nuestras propias vías hacia la sostenibilidad. Integraremos los
principios de sostenibilidad en todas nuestras políticas y haremos de nuestra
fuerzas respectivas la base de estrategias adecuadas a nivel local.
I.4 La sosteniblidad como proceso creativo local en busca del equilibrio
Nosotras,
ciudades, reconocemos que la sostenibilidad no es ni un sueño ni una situación
inmutable, sino un proceso creativo local en pos del equilibrio que se extiende
a todos los ámbitos de la toma de decisiones en este nivel. Permite un retorno
de información permanente sobre las actividades que impulsan el ecosistema urbano
hacia el equilibrio y aquellas que lo alejan de él. Al basar la gestión urbana
en la información recogida a través de un proceso semejante, la ciudad aparece
como un todo orgánico, haciéndose patentes los efectos de todas las actividades
importantes. Mediante un proceso de este
tipo, la ciudad y sus habitantes pueden elegir entre opciones con
conocimiento de causa y un sistema de
gestión cimentado en los intereses de las personas afectadas, sino también los
de las generaciones futuras.
I.5 Resolución de problemas mediante negociaciones abiertas
Nosotras,
ciudades, reconocemos que no podemos permitirnos trasladar nuestros problemas
ni a comunidades más grandes ni a las generaciones futuras. Por consiguiente,
debemos resolver nuestras dificultades y desequilibrios primero por nosotras
mismas y, en su caso con la ayuda de entidades regionales o nacionales. Este es
el principio de la concertación, cuya
aplicación dará a cada ciudad una mayor libertad para definir la naturaleza de
sus actividades.
I.6 La economía urbana hacia la sostenibilidad
Nosotras,
ciudades, comprendemos que el factor restrictivo de nuestro desarrollo
económico se ha convertido en nuestro capital natural, como el aire, el suelo,
el agua y los bosques. Debemos invertir, por tanto, en este capital, respetando
el siguiente orden prioritario:
1.
Invertir en la conservación del
capital natural existente (reservas de aguas subterráneas, suelo, hábitats de
especies raras);
2.
Fomentar el crecimiento del
capital natural, reduciendo el nivel de explotación actual (por ejemplo, de las
energías no renovables);
3.
Aliviar la presión sobre las
reservas de capital natural creando otras nuevas, como parques de esparcimiento
urbano para mitigar la presión ejercida sobre los bosques naturales;
4.
Incrementar el rendimiento final
de los productos, como edificios de alto rendimiento energético o transportes
urbanos respetuosos del medio ambiente.
1.7 Justicia social para la consecución de una
urbano sostenibilidad
Nosotras
ciudades, somos conscientes de que son los pobres los más afectados por los
problemas ambientales (ruido, contaminación del tráfico, ausencia de
instalaciones de esparcimiento, viviendas insalubres, inexistencia de espacios
verdes) y los menos capacitados para resolverlos. El desigual reparto de la
riqueza es la causa de un comportamiento insostenible y hace más difícil el
cambio. Tenemos la intención de integrar
las necesidades sociales básicas de la población, así como los programas de
sanidad, empleo y vivienda, en la protección del medio ambiente. Queremos
aprender de las primeras experiencias,
modos de vida sostenibles, de forma
que podamos mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en lugar de
maximizar simplemente el consumo.
Trataremos de
crear puestos de trabajo que contribuyan a la sostenibilidad de la comunidad,
reduciendo así el desempleo. Al intentar atraer o crear empleo, evaluaremos los
efectos de las oportunidades económicas en términos de sostenibilidad a fin de
favorecer la creación de puestos de trabajo y productos duraderos que se
ajusten a los principios de sostenibilidad.
1.8 Una Ocupación del suelo sostenible
Nosotras, ciudades, reconocemos la importancia de que
nuestras autoridades locales apliquen unas políticas eficaces de ordenación del
territorio que impliquen una evaluación ambiental estratégica de todos los
planes. Debemos aprovechar las oportunidades que ofrecen las concentraciones urbanas
más grandes de proporcionar eficaces servicios públicos de transporte
y de suministro de energía,
manteniendo al mismo tiempo la
dimensión humana del desarrollo. Al emprender programas de renovación del centro de las ciudades y al
planificar nuevas zonas suburbanas, tratamos de
asociar diferentes funciones con
el fin de reducir la movilidad. El concepto de interdependencia regional
equitativa debe permitirnos equilibrar los flujos entre el campo y la ciudad e
impedir a las ciudades una mera
explotación de los recursos de las zonas
periféricas.
I.9 Una movilidad urbana sostenible
Nosotras,
ciudades, debemos esforzarnos por mejorar la accesibilidad y por mantener
el bienestar y los modos de vida urbanos a la vez que reducimos el transporte. Sabemos que es indispensable para una ciudad viable
reducir la movilidad forzada y dejar de
fomentar el uso innecesario de los vehículos motorizados. Daremos prioridad a
los medios de transporte respetuosos del
medio ambiente (en particular,
los desplazamientos a pie, en bicicleta o mediante los transportes públicos) y
situaremos en el centro de nuestros
esfuerzos de planificación una combinación de estos medios. Los diversos
medios de transporte urbanos motorizados deben de tener la función subsidiaria
de facilitar el acceso a los servicios locales y de mantener la actividad económica de las ciudades.
I.10 Responsabilidad del cambio climático mundial
Nosotras,
ciudades, comprendemos que los riesgos considerables que entraña el calentamiento del planeta para los
entornos naturales y urbanos y para las generaciones futuras requieren una
respuesta adecuada para estabilizar y posteriormente reducir lo más rápidamente
posible las emisiones de gases de efecto invernadero. Es igualmente
importante proteger los recursos mundiales de la biomasa, como los bosques y el
fitoplancton, que desempeñan un papel fundamental en el ciclo del carbono del
planeta. La reducción de las
emisiones de combustibles fósiles
precisará de políticas e iniciativas
basadas en un conocimiento exhaustivo de las
alternativas y del medio urbano como sistema energético. Las únicas
alternativas sostenibles son las fuentes
de energía renovables.
I.11 Prevención de la intoxicación de los ecosistemas
Nosotras, ciudades, somos conscientes de la creciente cantidad de sustancias
tóxicas y peligrosas presentes en la atmósfera, el agua, el suelo y los alimentos
y de que éstas constituyen una amenaza cada vez mayor para la salud pública y los ecosistemas.
Trataremos por todos los medios de
frenar la contaminación y prevenirla en la fuente.
I.12 La autogestión a nivel local como condición necesaria
Nosotras,
ciudades, estamos convencidas de que
tenemos la fuerza, el conocimiento y el potencial creativo necesarios para
desarrollar modos de vida sostenibles y para concebir y gestionar nuestras colectividades en la
perspectiva de un desarrollo sostenible. En tanto que representantes de nuestras comunidades locales por elección democrática, estamos listos para
asumir la responsabilidad de la organización de nuestras ciudades con la mira puesta en el desarrollo sostenible. La
capacidad de las ciudades de hacer
frente a este desafío depende de los
derechos de autogestión que les sean
otorgados en virtud del principio de
subsidiariedad. Es fundamental que las
autoridades locales tengan los poderes suficientes y un sólido apoyo
financiero.
I.13 El protagosnismo de los ciudadanos y la participación de la comunidad
Nosotras,
ciudades nos comprometemos, de acuerdo con el mandato del Programa 21,
documento clave aprobado en le cumbre de Río de Janeiro, a colaborar con todos
los sectores de nuestras comunidades –ciudadanos, empresas, grupos de interés-
en la concepción de nuestros planes locales
de apoyo a dicho Programa.
Tomamos en consideración el llamamiento del quinto programa de acción en materia de medio
ambiente de la Unión Europea, “Hacia un
desarrollo sostenible”, de compartir la
responsabilidad de la aplicación del programa entre todos los sectores de la
comunidad. Por consiguiente, basaremos nuestros trabajos en la cooperación
entre todas las partes implicadas.
Garantizaremos el acceso a la información a todos los ciudadanos y grupos interesados y velaremos
por que puedan participar en los procesos locales de toma de decisiones.
Persequiremos por todos los medios la educación y la formación en materia de
desarrollo sostenible, no sólo para el
público en general, sino también para los representantes electos y el personal
de las administraciones locales.
I.14 Instrumentos de la gestión urbana orientada hacia la sostenibilidad
Nosotras,
ciudades, nos comprometemos a utilizar los instrumentos políticos y técnicos
disponibles para alacanzar un planteamiento ecosistemático de la gestión urbana. Recurriremos a una
amplia gama de instrumentos para la
recogida y el tratamiento de datos ambientales y la planificación
ambiental, así como instrumentos reglamentarios, económicos y de comunicación
tales como directivas, impuestos y
derechos, y a mecanismos de
sensibilización, incluida la
participación del público. Trataremos de crear nuevos sistemas de contabilidad ambiental que permitan una gestión
de nuestros recursos naturales tan eficaz como la e nuestro recursos
artificial, “el dinero”. Sabemos que debemos basar nuestras decisiones y
nuestros controles, en particular l
vigilancia ambiental, las auditorías, la
evaluación del impacto ambiental, la contabilidad, los balances e
informes, en diferentes indicadores,
entre los que cabe citar la calidad del medio ambiente urbano, los flujos y
modelos urbanos y, sobre todo, los indicadores se sostenibilidad de los
sistemas urbanos. Nosotras, ciudades, reconocemos que ya se han aplicado con éxito en muchas ciudades
europeas toda una serie de políticas y
actividades positivas para el medio ambiente. Estas constituyen instrumentos
válidos para frenar y atenuar el
desarrollo no sostenible, aunque no pueden por sí solas invertir esta tendencia de la sociedad. No
obstante esta sólida base ecológica, las
ciudades se hallan en una posición excelente para dar el primer paso e integrar
estas políticas y actividades en su sistema de administración a fin de
gestionar las economías urbanas locales
a través de un proceso de sostenibilidad global. En este proceso estamos
llamados a concebir y probar nuestras propias estrategias y a compartir
nuestras experiencias.
Parte II
Campaña de ciudades europeas sostenibles
Nosotras, ciudades europeas, signatarias de la presente
Carta, trabajaremos juntas por un desarrollo sostenible en un proceso de
aprendizaje a partir de la experiencia y de los éxitos logrados a nivel local.
Nos animaremos mutuamente a establecer planes
de acción locales a largo plazo (programas locales 21), reforzando así
la cooperación entre las autoridades e integrando este proceso en las
iniciativas de la Unión Europea en materia de medio ambiente urbano.
Ponemos en marcha la campaña de ciudades europeas sostenibles para alentar
y apoyar a las ciudades en sus trabajos a favor de un desarrollo sostenible. La
fase inicial de esta campaña tendrá una duración de dos años y será objeto de
una evaluación en la segunda conferencia europea sobre ciudades sostenibles, que se celebrará
en 1996. Invitamos a todas las autoridades locales, ya lo sean de ciudades,
poblaciones menores o provincias, y a
todas las redes de autoridades locales europeas a participar en la campaña mediante la adopción y la firma
de la presente Carta. Instamos a todas
las grandes redes de autoridades locales europeas a coordinar la campaña. Se creará un comité
de coordinación formado por
representantes de estas redes. Se tomarán medidas para aquellas autoridades
locales que no formen parte de ninguna red.
Los principales
objetivos de esta campaña serán los siguientes:
·
Facilitar
la asistencia mutua entre ciudades europeas para la concepción y la aplicación de políticas orientadas hacia el desarrollo
sostenible;
·
Recoger y divulgar la información sobre
experiencias satisfactorias a nivel local;
·
Fomentar el principio de desarrollo sostenible
entre las demás autoridades locales;
·
Captar nuevos signatarios de la carta;
·
Organizar todos los años un “premio de la ciudad
sostenible”;
·
Formular recomendaciones políticas a la comisión
europea;
·
Contribuir a los informes de ciudades
sostenibles del grupo de expertos sobre medio ambiente urbano;
·
Ayudar a los responsables de la toma local de
decisiones a aplicar la legislación y las recomendaciones adecuadas de la Unión Europea;
·
Publicar un boletín de información de la
campaña.
Estas actividades
requerirán el establecimiento de
una coordinación de la campaña. Invitaremos a otras organizaciones a participar
activamente en esta campaña.
Parte III
Participación en la iniciativas locales del
Programa 21: planes de acción local a
favor de la sostenibilidad
Nosotras, ciudades europeas, signatarias
de la presente Carta, nos comprometemos con su firma y con la participación en la campaña de ciudades
europeas sostenibles a tratar de llegar a un consenso en el seno de nuestras
comunidades sobre un Programa 21 de alcance local antes de finales de 1996. Daremos así respuesta al
mandato establecido en el capítulo 28 del Programa 21, aprobado en la cumbre de
Río de junio de 1992. Por medio de
nuestras actividades locales, contribuiremos a la aplicación del quinto
programa de acción de la Unión Europea en materia de medio ambiente, “Hacia un desarrollo
sostenible”. Las iniciativas locales de apoyo al Programa 21 se llevarán a cabo
sobre la base de la primera parte de la presente Carta.
Proponemos la preparación de un plan de acción local que
incluya las siguientes etapas:
·
Reconocimiento de los métodos de planificación y
de los mecanismos financieros existentes, así como otros planes y programas;
·
Localización sistemática de los problemas y de
sus causas mediante extensas consultas
públicas;
·
Clasificación de las tareas por orden de prioridad para tratar los problemas
detectados;
·
Creación de un modelo de comunidad sostenible
mediante un proceso participativo que incluya a todos los sectores de la
comunidad;
·
Consideración y evaluación de opciones
estratégicas alternativas;
·
Establecimiento de un plan de acción local a
largo plazo a favor de un desarrollo sostenible que incluya objetivos
Mensurables;
·
Programación de la aplicación del plan, incluida
la preparación de un calendario y una declaración de reparto de
responsabilidades entre los participantes;
·
Establecimiento de sistemas y procedimientos
para la supervisión y la notificación de la aplicación del plan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario