MUNICIPIOS HACIA LA SOSTENIBILIDAD
(16 de julio
de 1997)
En los años transcurridos desde la recuperación de la
democracia, el mundo local ha sido protagonista del proceso de transformación
de pueblos y ciudades. Durante este período se han conseguido superar lo
déficits históricos, de modo que la realidad actual es muy distinta a la
de hace 20 años: creación y
consolidación de la infraestructura básicas, dignificación y potenciación del
espacio urbano, extensión y generalización de servicios personales, mayor
eficacia de los ayuntamientos y
generación de nuevas oportunidades económicas a partir del desarrollo de las
capacidades locales.
Por
consiguiente, se reúnen las condiciones para fijar nuevos objetivos de
desarrollo que incluyan los retos de calidad y eficiencia que plantea la
sociedad actual, entre los que destacan un uso diferente de todo tipo de recursos naturales (agua,
energía, suelo, biodiversidad....) y la consecución de un alto nivel de vida y
de calidad ambiental, distribuido de forma equitativa y solidaria. En otras
palabras, empezar una etapa que permita avanzar hacia modelos de mayor
sostenibilidad.
Muchas comunidades locales de todo el mundo, y
especialmente de la región europea, se están comprometiendo en procesos similares.
El balance del quinquenio transcurrido desde la Cumbre de Río de Janeiro (1992) presenta evidentes problemas sin
resolver, pero se constata que la mejor respuesta la han dado hasta ahora los
municipios. En Europa, la adhesión masiva de las autoridades locales a las Cartas de Aalborg (1994) y Lisboa (1996), y
al Programa Hábitat de Estambul, el inicio de los procesos de elaboración e
introducción a las Agendas 21 Locales, la puesta en funcionamiento de
herramientas de concertación entre distintos agentes y administraciones para la
mejora territorial y urbana, permiten pensar que es precisamente en los pueblos
y ciudades donde se puede generar el impulso necesario, hasta hoy inexistente
en otras instancias de ámbito superior.
No obstante,
el camino emprendido no está libre de obstáculos que derivan de muchos
factores, entre los que destacan la insuficiencia de recursos locales
disponibles para poder afrontar las reformas necesarias, la complejidad de
introducir cambios que impliquen nuevas formas de comportamiento y la escasez
de herramientas que tenemos para poder sumar esfuerzos individuales e integrar
nuestra acción a escalas territoriales de mayor alcance.
En
Consecuencia, es necesario crear un entorno más favorable que permita acelerar
la progresión hacia escenarios municipales de mayor sostenibilidad y que
permita también potenciar las capacidades económicas específicas de los
municipios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario