lunes, 2 de septiembre de 2013

¿"Declaración de Manresa"?

MUNICIPIOS HACIA LA SOSTENIBILIDAD
 (16 de julio de 1997)


En los años transcurridos desde la recuperación de la democracia, el mundo local ha sido protagonista del proceso de transformación de pueblos y ciudades. Durante este período se han conseguido superar lo déficits históricos, de modo que la realidad actual es muy distinta a la de  hace 20 años: creación y consolidación de la infraestructura básicas, dignificación y potenciación del espacio urbano, extensión y generalización de servicios personales, mayor eficacia  de los ayuntamientos y generación de nuevas oportunidades económicas a partir del desarrollo de las capacidades locales.


Por consiguiente, se reúnen las condiciones para fijar nuevos objetivos de desarrollo que incluyan los retos de calidad y eficiencia que plantea la sociedad actual, entre los que destacan un uso diferente  de todo tipo de recursos naturales (agua, energía, suelo, biodiversidad....) y la consecución de un alto nivel de vida y de calidad ambiental, distribuido de forma equitativa y solidaria. En otras palabras, empezar una etapa que permita avanzar hacia modelos de mayor sostenibilidad.

Muchas  comunidades locales de todo el mundo, y especialmente de la región europea, se están comprometiendo en procesos similares. El balance del quinquenio transcurrido desde la Cumbre de Río de Janeiro (1992) presenta evidentes problemas sin resolver, pero se constata que la mejor respuesta la han dado hasta ahora los municipios. En Europa, la adhesión masiva de las autoridades locales a las  Cartas de Aalborg (1994) y Lisboa (1996), y al Programa Hábitat de Estambul, el inicio de los procesos de elaboración e introducción a las Agendas 21 Locales, la puesta en funcionamiento de herramientas de concertación entre distintos agentes y administraciones para la mejora territorial y urbana, permiten pensar que es precisamente en los pueblos y ciudades donde se puede generar el impulso necesario, hasta hoy inexistente en otras instancias  de ámbito superior.

No obstante, el camino emprendido no está libre de obstáculos que derivan de muchos factores, entre los que destacan la insuficiencia de recursos locales disponibles para poder afrontar las reformas necesarias, la complejidad de introducir cambios que impliquen nuevas formas de comportamiento y la escasez de herramientas que tenemos para poder sumar esfuerzos individuales e integrar nuestra acción a escalas territoriales de mayor alcance.

En Consecuencia, es necesario crear un entorno más favorable que permita acelerar la progresión hacia escenarios municipales de mayor sostenibilidad y que permita también potenciar las capacidades económicas específicas de los municipios.



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