Aprobada en el
proceso evaluatorio denominado ESTAMBUL + 5, Nueva York 2001.
Nosotros, representantes de
gobiernos, guiándonos por los propósitos y principios de la Carta de las
Naciones Unidas y congregados en este período extraordinario de sesiones de la
Asamblea General para examinar la aplicación del Programa de Hábitat, reconocer
los progresos realizados e individualizar los obstáculos y las cuestiones
emergentes, reafirmamos nuestra voluntad y compromiso de aplicar plenamente la
Declaración de Estambul sobre los Asentamientos Humanos[1] y el
Programa de Hábitat[2] y
decidimos sobre nuevas iniciativas en el espíritu de la Declaración del Milenio
de las Naciones Unidas[3]. La
Declaración de Estambul y el Programa de Hábitat seguirán constituyendo el
marco básico para el desarrollo sostenible de los asentamientos humanos en los
años venideros.
En consecuencia:
A Renovación de los compromisos
contraídos en la segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre los
Asentamientos Humanos (Hábitat II)
1. Reafirmamos que los seres
humanos son el objeto primordial de nuestra preocupación por el desarrollo
sostenible y la base en que se fundan las medidas que adoptamos para aplicar el
Programa de Hábitat;
2. Deseamos enfatizar que este es
un momento especial en el desarrollo de los asentamientos humanos, ya que la
mitad de los 6.000 millones de habitantes del planeta vivirá en ciudades y el
mundo está presenciando un crecimiento sin precedentes de la población urbana,
principalmente en los países en desarrollo. Las decisiones que adoptamos ahora
tendrán consecuencias trascendentales. Observamos con gran preocupación
que uno de cada cuatro residentes de las zonas urbanas del mundo vive por
debajo de la línea de pobreza. Muchas ciudades con problemas ambientales, un
crecimiento rápido y un desarrollo económico lento no han logrado generar
suficiente empleo, proporcionar vivienda adecuada ni satisfacer las necesidades
básicas de los ciudadanos;
3. Hacemos nuevamente hincapié en
que las zonas rurales y urbanas son recíprocamente dependientes en lo
económico, social y ambiental y que las ciudades y los pueblos son motores del
crecimiento que contribuyen al desarrollo de los asentamientos tanto rurales
como urbanos. La mitad de los habitantes del mundo vive en asentamientos
rurales y en África y Asia la población de las zonas rurales constituye la
mayoría. Es fundamental que en todas las naciones se haga una planificación
física integrada y se preste igual atención a las condiciones de vida en las
zonas rurales y urbanas. Se deben aprovechar al máximo los vínculos entre las
zonas rurales y urbanas y las contribuciones complementarias que puede hacer
cada una teniendo debidamente en cuenta sus diferentes necesidades económicas,
sociales y ambientales. Para erradicar la pobreza urbana es fundamental
erradicar la pobreza en las zonas rurales y mejorar las condiciones de vida
allí, así como crear oportunidades de empleo y de educación en los
asentamientos rurales y en las ciudades pequeñas y medianas y poblados de las
zonas rurales;
4. Reiteramos nuestra determinación
de abordar a todos los niveles el deterioro de las condiciones ambientales que
amenaza la salud y la calidad de vida de miles de millones de personas. Ciertas
actividades realizadas a nivel local y perjudiciales para el medio ambiente
tienen repercusiones a nivel mundial y es preciso abordarlas en el contexto de
los asentamientos humanos;
5. Reiteramos los objetivos y
principios de una vivienda adecuada para todos y el desarrollo sostenible de
los asentamientos humanos en un mundo en proceso de urbanización, establecidos
en el Programa de Hábitat[4], que
constituyen la base de nuestros compromisos;
6. Renovamos y reafirmamos nuestros
compromisos reflejados en el Programa de Hábitat relativos a una vivienda
adecuada para todos, los asentamientos humanos sostenibles, la habilitación y
la participación, la igualdad entre los géneros, la financiación de la vivienda
y los asentamientos humanos, la cooperación internacional y la evaluación de
los progresos realizados al respecto;
B Satisfacción por los progresos
realizados en la aplicación del Programa de Hábitat
7. Encomiamos los esfuerzos
realizados por todas las esferas de gobierno, las Naciones Unidas, otras
organizaciones intergubernamentales y los asociados en el Programa de Hábitat,
así como los realizados por la Directora Ejecutiva del Centro de las Naciones
Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat), y celebramos los progresos realizados
hasta el momento para aplicar el Programa de Hábitat. Tomamos nota con
agradecimiento de los informes nacionales y regionales sobre la aplicación del
Programa de Hábitat[5] y del
informe de la Directora Ejecutiva del Centro de las Naciones Unidas para
los Asentamientos Humanos (Hábitat) sobre el examen y la evaluación
generales de los progresos realizados en la aplicación del Programa de Hábitat[6], teniendo
en cuenta las prioridades y objetivos específicos de cada región, y de
conformidad con el marco jurídico y las políticas nacionales de cada país;
8. Acogemos con beneplácito la
decisión adoptada por la Comisión de Derechos Humanos, en su 56° período de
sesiones[7],
de que, como parte de su mandato, el Relator Especial que centrará su mandato
en la cuestión de la vivienda adecuada para todos como componente del derecho a
un nivel de vida adecuado, establezca un diálogo periódico y estudie las
posibles esferas de colaboración con los gobiernos, órganos de las Naciones
Unidas pertinentes, organismos especializados, organizaciones internacionales
que realizan actividades en la esfera de los derechos de la vivienda, como el
Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat),
organizaciones no gubernamentales e instituciones financieras internacionales,
y formule recomendaciones sobre la realización de los derechos relacionados con
el mandato;
9. Asimismo, tomamos nota con
satisfacción de que hay una mayor conciencia de la necesidad de prestar
atención en forma integrada a la pobreza, la carencia de hogar, el desempleo,
la falta de servicios básicos, la exclusión de las mujeres, los niños y los
grupos marginados, incluidas las comunidades indígenas, y la fragmentación
social con el fin de que los asentamientos humanos de todo el mundo sean
mejores, más habitables y abiertos. Los gobiernos, las organizaciones
internacionales y los actores de la sociedad civil han hecho constantes
esfuerzos para abordar esos problemas;
10. Tomamos nota de la elaboración
de criterios integrados y participatorios aplicables a la planificación y la
gestión ambiental urbana en relación con la ejecución del Programa 21. En ese
sentido, acogemos con satisfacción el apoyo prestado por muchos gobiernos
a los mecanismos para la realización de consultas y el
establecimiento de asociaciones entre las partes interesadas con miras a
preparar y aplicar planes ambientales locales e iniciativas locales en el marco
del Programa 21;
11. Celebramos que las ciudades y
los pueblos desempeñen una función económica cada vez mayor en un mundo en vías
de mundialización, y que se haya avanzado en la creación de modalidades de
asociación público-privadas y el fortalecimiento de las pequeñas empresas y
microempresas. En las ciudades y los pueblos radica la posibilidad de
aprovechar al máximo los beneficios de la mundialización y paliar sus
consecuencias negativas. La buena gestión de las ciudades puede brindar un
entorno económico capaz de generar oportunidades de empleo y de ofrecer
distintos bienes y servicios;
12. Acogemos con satisfacción los
esfuerzos realizados hasta este momento por muchos países en desarrollo para
descentralizar la administración de las ciudades y fortalecer así la
intervención de las autoridades locales en la aplicación del Programa de
Hábitat;
13. Acogemos con beneplácito
también las contribuciones efectuadas por los gobiernos nacionales y otros
gobiernos, en quienes recae la responsabilidad principal de aplicar el Programa
de Hábitat mediante sus leyes, políticas y programas;
14. Tomamos nota con satisfacción
de la importante contribución realizada por las autoridades locales del mundo
entero a la aplicación del Programa de Hábitat mediante sus acciones
mancomunadas y el fortalecimiento de las asociaciones entre todos los niveles
de gobierno, como resultado de los cuales mejoraron las condiciones de vida en
los asentamientos humanos y la gobernanza urbana. Una participación de base
amplia en la adopción de decisiones, sumada a la rendición de cuentas, la
simplificación de los procedimientos y la transparencia, son indispensables
para evitar la corrupción y promover los intereses públicos. A ese respecto,
tomamos nota con satisfacción de la mayor prioridad asignada a la aplicación
del Programa de Hábitat y a los principios de buena gobernanza a todos los
niveles;
15. Reconocemos la importante labor
realizada por el Grupo Mundial de Parlamentarios para el Hábitat en la
aplicación del Programa de Hábitat. Al mismo tiempo, lo alentamos a que siga
promoviendo la aplicación del Programa de Hábitat;
16. Reconocemos que la orientación
general de la nueva visión estratégica del Centro de las Naciones Unidas para
los Asentamientos Humanos (Hábitat) y su énfasis en las dos campañas mundiales
de seguridad de la tenencia y gobernanza urbana constituyen puntos de partida
estratégicos para la aplicación eficaz del Programa de Hábitat, especialmente
para orientar la cooperación internacional sobre una vivienda adecuada para
todos y el desarrollo sostenible de los asentamientos humanos. En ese sentido,
acogemos con satisfacción el establecimiento del Comité Asesor de Autoridades
Locales y expresamos nuestro reconocimiento por su contribución a la labor del
Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat) y a la
preparación del período extraordinario de sesiones de la Asamblea General;
C Reconocimiento de las lagunas
y los obstáculos existentes
17. Tomamos nota con gran
preocupación de las actuales condiciones de los asentamientos humanos en todo
el mundo, especialmente las que se mencionan en el tercer Informe Mundial sobre los
Asentamientos Humanos 2001. Aunque los gobiernos y sus
asociados en el Programa de Hábitat han realizado esfuerzos constantes para
cumplir sus compromisos, la pobreza generalizada sigue siendo el obstáculo
principal y es necesario mejorar de manera significativa las condiciones
ambientales en muchos países. Uno de los factores críticos es que la mayor
parte de las personas que viven en condiciones de pobreza todavía carecen de
seguridad jurídica en la tenencia de sus viviendas y que otras carecen incluso
de una vivienda básica. Por tanto, existen aún graves impedimentos al
desarrollo sostenible de los asentamientos humanos;
18. Tomamos nota con preocupación
de que uno de los obstáculos principales a la aplicación del Programa de
Hábitat es la discrepancia entre los compromisos asumidos en Estambul y la
voluntad política de cumplirlos. También reconocemos como impedimentos las
lagunas existentes en las actividades de información pública y de
concienciación.
19. Reconocemos que las graves
limitaciones financieras originan serios problemas en relación con una vivienda
adecuada, la disponibilidad de vivienda y los asentamientos humanos en los
países que reciben corrientes de refugiados de países vecinos provocadas por
conflictos, desastres naturales o artificiales y otras calamidades;
20. Reconocemos también las lagunas
en las políticas urbanas y de vivienda que han limitado las posibilidades de
participación y asociación y han dificultado la transformación de las
mejores prácticas en buenas políticas. Estamos asimismo profundamente
preocupados por el hecho de que muchas mujeres todavía no participan plenamente
en condiciones de igualdad en todas las esferas sociales y al mismo tiempo
padecen en mayor medida los efectos de la pobreza;
21. Reconocemos que el proceso de
urbanización a nivel mundial ha dado por resultado concentraciones
metropolitanas que sobrepasan los límites administrativos de las ciudades
originales, abarcan más de dos o tres unidades administrativas, tienen
autoridades locales con capacidad y prioridades diferentes y carecen de
coordinación;
22. Reconocemos los principales
obstáculos que impiden el funcionamiento eficaz de los mercados inmobiliarios y
de bienes raíces para garantizar una oferta adecuada de vivienda. Las medidas
que se recomiendan en el párrafo 76 del Programa de Hábitat3 no se
han aplicado plenamente;
23. Hemos determinado un número
apreciable de obstáculos relacionados con las limitaciones de la capacidad
económica, tecnológica e institucional a todos los niveles de gobierno,
especialmente en los países en desarrollo y los países menos adelantados.
Reconocemos la falta de políticas amplias y abiertas para las instituciones de
creación de capacidad y las redes que las conectan entre sí;
24. También hemos identificado
obstáculos en las políticas económicas y en los mercados financieros a todos
los niveles que han impedido que se movilizaran los recursos adecuados para
atender a las necesidades de asentamientos humanos sostenibles en muchos
países;
25. Reconocemos que la movilización
de recursos internos, así como políticas nacionales racionales, son
fundamentales para la financiación de los asentamientos humanos y de la
vivienda. Si bien cabe a los gobiernos la responsabilidad principal de aplicar
el Programa de Hábitat, también es esencial el apoyo internacional. Lamentamos
que desde 1996 no haya aumentado en forma significativa la cooperación
internacional para el desarrollo de la vivienda y los asentamientos humanos, lo
cual es un gran motivo de preocupación. También lamentamos que muchos países
no hayan podido aprovechar suficientemente los sistemas de mercado para apoyar
sus necesidades financieras en materia de vivienda y desarrollo de los
asentamientos humanos;
26. Reconocemos que no hay un
acceso igualitario a la información y a las tecnologías de la comunicación,
especialmente en los países en desarrollo, razón por la cual los gobiernos y
los asociados en el Programa de Hábitat no han podido aprovechar al máximo este
recurso en la aplicación del Programa de Hábitat;
27. Decidimos además tomar medidas
concertadas contra el terrorismo internacional, que origina graves obstáculos
para la aplicación del Programa de Hábitat;
28. Reconocemos que las
consecuencias de estas lagunas y obstáculos son graves: por primera vez en la
historia de la humanidad un porcentaje mayoritario de los 6.000 millones de
personas del mundo vive en ciudades. Para muchas personas se han deteriorado,
en lugar de mejorarse, las condiciones de vida. Las lagunas
y los obstáculos encontrados en los últimos cinco años han demorado
el avance a nivel mundial en el logro del desarrollo sostenible de los
asentamientos humanos. Es fundamental que se adopten medidas para que el
Programa de Hábitat se pueda plasmar en las políticas y llevar a la práctica en
todos los países;
D Adopción de medidas ulteriores
29. Afirmamos nuestro compromiso de
superar los obstáculos en la aplicación del Programa de Hábitat, especialmente
la pobreza, que consideramos el principal factor subyacente, y de fortalecer y
salvaguardar los entornos nacionales e internacionales propicios, y, a tal fin,
nos comprometemos a redoblar nuestros esfuerzos para asegurar la aplicación
plena y efectiva del Programa de Hábitat. Determinados a dar un nuevo impulso a
nuestros esfuerzos para mejorar las condiciones de los asentamientos humanos, a
continuación exponemos nuevas iniciativas para lograr esos fines. En los
comienzos del nuevo milenio, conscientes de nuestra responsabilidad para con
las generaciones futuras, nos comprometemos firmemente con los objetivos de una
vivienda adecuada para todos y del desarrollo sostenible de los asentamientos
humanos en un mundo en proceso de urbanización. Invitamos a la gente de todos
los países y de todas las clases sociales, así como a la comunidad
internacional, a sumarse, con dedicación renovada a nuestro proyecto común de
promover un mundo más justo y equitativo;
30. Reafirmamos que la familia es
la unidad básica de la sociedad y, como tal, debería fortalecerse. Tiene
derecho a recibir una protección y un apoyo amplios. En los distintos sistemas
culturales, políticos y sociales existen diversas formas de estructura
familiar. Los matrimonios deben contraerse con el libre consentimiento de los
futuros cónyuges y el marido y la mujer deben asociarse en un pie de igualdad.
Se deben respetar los derechos, capacidades y responsabilidades de los
integrantes de la familia. Al planificarse los asentamientos humanos se debería
tener en cuenta el papel constructivo de la familia en su diseño, desarrollo y
gestión. La sociedad debería facilitar, según proceda, todas las condiciones
necesarias para su integración, reunificación, preservación, mejoramiento y
protección en el marco de una vivienda adecuada y con acceso a servicios
básicos y a medios de vida sostenibles[8];
31. Resolvemos, en el marco de,
entre otras cosas, una estrategia de erradicación de la pobreza, alentar las
políticas socioeconómicas formuladas para satisfacer las necesidades de
vivienda de las familias y de sus integrantes, prestando especial atención al
cuidado de los niños[9];
32. Resolvemos también promover
cambios en la actitud, las estructuras, las políticas, la legislación y otras
prácticas relacionadas con el género para eliminar todos los obstáculos a la
dignidad humana y a la igualdad en la familia y la sociedad y promover la
participación plena e igualitaria de mujeres y hombres en, entre otras cosas,
la formulación, ejecución y seguimiento de las políticas y programas públicos[10];
33. Invitamos a los gobiernos, a
las Naciones Unidas y a otras organizaciones internacionales a aumentar la
calidad y coherencia de su apoyo a la erradicación de la pobreza y al
desarrollo sostenible de los asentamientos humanos, en particular a los países
menos adelantados. Esto a su vez exige no sólo una renovada voluntad política,
sino también la movilización y asignación de recursos nuevos y adicionales
tanto al nivel nacional como al nivel internacional. Instamos al
fortalecimiento de la asistencia internacional a los países en desarrollo en
sus esfuerzos por aliviar la pobreza, entre otras cosas, creando un entorno favorable
que facilite la integración de los países en desarrollo en la economía mundial,
mejorando su acceso a los mercados, facilitando el flujo de recursos
financieros y aplicando plena y eficazmente todas las iniciativas ya en curso
relativas al alivio de la deuda;
34. Subrayamos que la comunidad
internacional debería considerar nuevas medidas, según proceda, que conduzca a
soluciones duraderas en relación con la carga de la deuda externa de los países
en desarrollo;
35. A este respecto, expresamos
nuestro agradecimiento a los países desarrollados que han acordado y cumplido
el objetivo de dedicar el 0,7% de su producto nacional bruto a la asistencia
oficial global al desarrollo, y pedimos a los países desarrollados que todavía
no lo hayan hecho que redoblen sus esfuerzos para lograr lo antes posible el
objetivo acordado del 0,7% y, dentro de dicho objetivo, cuando así se haya
acordado, asignar del 0,15% al 0,20% de su producto nacional bruto a los países
menos adelantados;
36. Pedimos a la comunidad internacional
que apoye resueltamente la erradicación de la pobreza y observamos con agrado
las consultas que está celebrando el Secretario General acerca del
establecimiento de un fondo de solidaridad mundial para la erradicación de la
pobreza a fin de financiar y poner en práctica, entre otras cosas, la política
y los programas sociales del Programa de Hábitat para hacer frente a los
problemas que entrañan la erradicación de la pobreza y el desarrollo sostenible
en los países en desarrollo, especialmente en los menos adelantados, teniendo
presente que las contribuciones a ese fondo han de ser voluntarias;
37. Resolvemos contribuir a que se
tome conciencia de los retos y soluciones de los asentamientos humanos mediante
una difusión íntegra y abierta de la información y nos comprometemos a renovar
y fomentar la voluntad política a todos los niveles;
38. Resolvemos también facultar a
los pobres y a los vulnerables, entre otras cosas, fomentando una mayor
seguridad de la tenencia y permitiendo un mejor acceso a la información y a las
buenas prácticas, incluido un mejor conocimiento de los derechos reconocidos
por la ley. Nuestro objetivo es elaborar políticas concretas para erradicar la
creciente pobreza humana;
39. Resolvemos asimismo facultar a
las autoridades locales, a las organizaciones no gubernamentales y a otros
asociados del Programa de Hábitat, dentro del régimen jurídico de cada país y
de acuerdo con sus condiciones, para desempeñar un papel más eficaz en la
provisión de viviendas y en el desarrollo de asentamientos humanos sostenibles.
Esto puede lograrse mediante una descentralización eficaz, cuando proceda, de
las responsabilidades, la gestión en materia de políticas y las facultades para
la adopción de decisiones, y con recursos suficientes, incluso cuando sea
posible, otorgando facultades de recaudación de ingresos a las autoridades
locales; mediante la participación y la democracia local, y mediante la
cooperación y las asociaciones internacionales. En particular, debe
garantizarse un papel efectivo de las mujeres en la adopción de decisiones de
las autoridades locales, si es necesario, mediante mecanismos apropiados. En
este contexto, acordamos intensificar nuestro diálogo, siempre que sea posible,
recurriendo, entre otras cosas, a la Comisión de Asentamientos Humanos en
relación con todas las cuestiones correspondientes a la descentralización
eficaz y al fortalecimiento de las autoridades locales, en apoyo de la
aplicación del Programa de Hábitat, de conformidad con el marco jurídico y las
políticas de cada país;
40. Instamos a las autoridades de
áreas metropolitanas a elaborar mecanismos y a fomentar, según proceda,
instrumentos jurídicos, financieros, administrativos, de planificación y
coordinación con el fin de lograr ciudades más equitativas, ordenadas y
funcionales;
41. Resolvemos crear capacidades y
redes que permitan a todos los asociados desempeñar un papel eficaz en la
oferta de vivienda y en el desarrollo de asentamientos humanos. La gestión de
los procesos de urbanización exige instituciones públicas sólidas y
responsables capaces de proporcionar un marco eficaz en el que todo el mundo
tenga acceso a los servicios básicos. Es preciso que la creación de capacidad
se oriente a apoyar, entre otras cosas, la descentralización y los procesos
participativos de gestión urbana. También nos comprometemos a fortalecer las
instituciones y los marcos jurídicos que fomentan y posibilitan una
participación de base amplia en la adopción de decisiones y en la ejecución de
las estrategias, políticas y programas relativos a los asentamientos humanos.
42. Reconocemos, valoramos y
apoyamos el trabajo voluntario y el trabajo de las organizaciones basadas en la
comunidad. Las prácticas voluntarias suponen una contribución importante al
desarrollo de los asentamientos humanos, dado que ayudan a construir
comunidades fuertes y unidas, así como a desarrollar un sentido de solidaridad
social, generando al mismo tiempo productos económicos importantes;
43. Nos comprometemos a mejorar la
capacidad de prevención, preparación, mitigación y respuesta con la
contribución de las redes de coordinación nacionales e internacionales, con el
fin de reducir la vulnerabilidad de los asentamientos humanos a los desastres
naturales y artificiales y a aplicar programas eficaces después de los
desastres en los asentamientos humanos afectados para, entre otras cosas,
satisfacer las necesidades inmediatas, reducir los riegos de futuros desastres
y hacer que los asentamientos humanos reconstruidos sean accesibles para todos;
44. Nos comprometemos con el
objetivo de la igualdad entre los géneros en el desarrollo de los asentamientos
humanos y decidimos promover la igualdad entre los géneros y la habilitación de
la mujer como método eficaz de combatir la pobreza y de estimular el desarrollo
de asentamientos humanos que sean realmente sostenibles. Nos comprometemos
además a formular y fortalecer políticas y prácticas que promuevan la
participación cabal y en base de igualdad de las mujeres en la planificación y
adopción de decisiones sobre asentamientos humanos;
45. También nos comprometemos a
fortalecer los mecanismos financieros existentes y a determinar y elaborar
enfoques innovadores adecuados para financiar el desarrollo de viviendas y de
asentamientos humanos a todos los niveles. Además, decidimos realizar reformas
legislativas y administrativas para proporcionar a las mujeres acceso pleno e
igualitario a los recursos económicos, así como al derecho a heredar y poseer
tierras y otras propiedades, el crédito, los recursos naturales y la tecnología
apropiada y el derecho a la seguridad de la tenencia y a la concertación de
acuerdos contractuales. Decidimos promover un acceso mayor y en condiciones de
igualdad para que todos dispongan de financiamiento abierto, eficaz, efectivo y
apropiado de la vivienda, para apoyar los mecanismos de ahorro en el sector no
estructurado, cuando proceda, y para fortalecer los marcos reglamentarios y
jurídicos y la capacidad de gestión a todos los niveles que corresponda;
46. Resolvemos fomentar la mejora
de los tugurios y la regularización de los asentamientos de ocupantes ilegales,
dentro del marco jurídico de cada país. En particular, reiteramos el objetivo
de las iniciativas de Ciudades sin Tugurios de hacer una mejora significativa
en las vidas de como mínimo 100 millones de habitantes de tugurios para 2020;
47. Afirmamos que, en interés de
una vivienda asequible para los pobres, es necesario fomentar la cooperación
entre los países para popularizar el empleo de materiales de construcción de
bajo costo sostenibles y adecuados y de la tecnología apropiada para la
construcción de casas y servicios eficaces de bajo costo al alcance de los
pobres, especialmente en tugurios y asentamientos no estructurados;
48. Resolvemos intensificar los
esfuerzos encaminados a incluir a los países con economías en transición en el
sistema de cooperación multilateral para el desarrollo sostenible de
asentamientos humanos, creando el apoyo para que dichos países determinen un
nivel adecuado de descentralización en la gestión de los asentamientos humanos
y rurales. Reiteramos nuestro compromiso de incorporar en esos esfuerzos a las
instituciones financieras de las Naciones Unidas, fundaciones internacionales y
nacionales, el sector privado y otros asociados del Programa de Hábitat;
49. Tomamos nota con satisfacción
de que se están formulando políticas de vivienda en muchos países. Resolvemos
realizar las reformas legislativas y administrativas necesarias para apoyar los
esfuerzos individuales y colectivos de las personas para construir viviendas
asequibles, planificar activamente la oferta de terrenos, fomentar el
funcionamiento eficaz de los mercados y la administración de bienes raíces,
erradicar las barreras legales y sociales que limitan el acceso igualitario y
equitativo a los bienes raíces y garantizar la protección jurídica de la
igualdad entre los hombres y mujeres en materia de derechos a la tierra y a la
propiedad. En la ejecución de lo anterior, reconocemos la necesidad de fomentar
decididamente el acceso a viviendas asequibles y servicios básicos para las
personas sin hogar, evitando desalojos forzosos contrarios a la ley y
facilitando el acceso de todas las personas, en particular, los grupos pobres y
vulnerables, a la información sobre la legislación inmobiliaria, incluidos
todos los derechos de que gozan y los recursos de que disponen cuando se violan
dichas leyes. A este respecto, tomamos nota con aprecio el enfoque y las
actividades iniciales de la Campaña Mundial de Seguridad de la Tenencia y les
prestamos nuestro apoyo;
50. Consideramos que la ejecución
del Programa de Hábitat es parte integral de la lucha general para la
erradicación de la pobreza. La aplicación del Programa de Hábitat y el logro
del desarrollo sostenible están íntimamente vinculados y son interdependientes,
y el desarrollo de los asentamientos humanos es un factor fundamental del
desarrollo sostenible. La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible que se
celebrará en Johannesburgo en 2002 proporcionará una buena oportunidad para
proseguir e intensificar esta relación;
51. Resolvemos redoblar los
esfuerzos para que el gobierno de las ciudades y otros asentamiento humanos sea
transparente, serio, responsable, justo, eficaz y eficiente. Reconocemos que el
buen gobierno, dentro de cada país y en el plano internacional, es esencial
para hacer frente al problema de la pobreza urbana y al de la degradación del
medio ambiente y para aprovechar las oportunidades que puede abrir la
mundialización. Las ciudades necesitan planteamientos y metodologías concretos
para mejorar el gobierno, para planificar y actuar con un criterio
estratégico a fin de reducir la pobreza urbana y la exclusión social y
para mejorar la condición económica y social de todos los ciudadanos y proteger
el medio ambiente de manera sostenible. En este contexto, señalamos la
importancia que reviste promover medios de vida sostenibles por conducto de la
enseñanza y la formación, especialmente para los grupos pobres y vulnerables;
52. La pandemia del VIH/SIDA se ha
desarrollado de manera mucho más rápida y drástica de lo que se pudo haber
previsto en Estambul. Resolvemos intensificar los esfuerzos a los niveles
internacional y nacional contra el VIH/SIDA y en particular formular
y aplicar políticas y medidas adecuadas para abordar el impacto del VIH/SIDA en
los asentamientos humanos. Reconocemos el problema que tienen las víctimas del
VIH/SIDA para acceder a los recursos financieros para la vivienda y la
necesidad de encontrar soluciones de vivienda para alojar a esas personas,
especialmente a los huérfanos y a los enfermos terminales;
53. Resolvemos intensificar los
esfuerzos para promover el papel de la juventud en la sociedad civil y para
aumentar la cooperación con los parlamentarios en el desarrollo de
asentamientos humanos;
54. Resolvemos además promover medidas
más enérgicas contra la delincuencia y la violencia urbanas, en particular la
violencia contra las mujeres, los niños y las personas de edad, mediante una
respuesta coordinada a todos los niveles, de acuerdo, cuando proceda, con
planes integrados de acción para la prevención de la delincuencia. Estos planes
podrían incluir un diagnóstico de los fenómenos delictivos, la identificación
de todos los interlocutores pertinentes en el ámbito de la prevención del
delito y la lucha contra la delincuencia, el establecimiento de mecanismos de
consulta para el diseño de una estrategia coherente y la elaboración de
soluciones posibles para estos problemas;
55. Resolvemos asimismo abordar
seriamente los retos planteados por guerras, conflictos, refugiados y desastres
imputables a los seres humanos en los asentamientos humanos, y nos
comprometemos mediante mecanismos mejorados de cooperación internacional a
apoyar a los países tras los conflictos y los desastres, concediendo especial
importancia a la oferta de vivienda y otros servicios básicos, principalmente
para los grupos vulnerables, refugiados y personas desplazadas en el interior
de sus países, así como para facilitar la restauración de la seguridad de la
tenencia y de los derechos de propiedad;
56. Resolvemos adoptar nuevas
medidas efectivas para eliminar los obstáculos que impiden la plena aplicación
del Programa de Hábitat, así como los obstáculos para la realización de los
derechos de los pueblos que viven bajo ocupación colonial y extranjera, que son
incompatibles con la dignidad y el valor de la persona humana y deben ser
combatidos y eliminados.
57. También resolvemos ampliar y
reforzar la protección de los civiles de conformidad con el derecho humanitario
internacional, en particular con el Convenio de Ginebra relativo a la
protección de personas civiles en tiempo de guerra, de 12 de agosto de 1949[11],
incluido su artículo 49;
58. Resolvemos fortalecer la
cooperación internacional mediante la distribución de la carga en los países
que acogen refugiados, y la coordinación de la asistencia humanitaria que se
presta a esos países y ayudar a todos los refugiados y desplazados a regresar
voluntariamente a sus hogares en condiciones de seguridad y dignidad, y a
reintegrarse sin problemas en sus respectivas sociedades;
59. Resolvemos fomentar el acceso
al agua potable no contaminada para todos y facilitar la prestación de
servicios de infraestructura básicos y humanos, como el saneamiento adecuado,
la gestión de desechos y el transporte sostenible, que sean integrales y
accesibles para todos, incluso las personas con discapacidades. Con este fin,
necesitamos promover una gestión transparente y responsable de los servicios
públicos, así como asociaciones con el sector privado y organizaciones sin
fines de lucro para la prestación de estos servicios;
60. Nos comprometemos a
intensificar los esfuerzos para mejorar las prácticas de planificación y
gestión del desarrollo sostenible, y para fomentar pautas de producción y
consumo sostenibles en los asentamientos humanos de todos los países, en
particular los países industrializados. Deberían adoptarse más
sistemáticamente, a todos los niveles, enfoques integrados para abordar las
cuestiones sociales, económicas y ambientales. Las iniciativas del Programa 21
y de los programas 21 locales constituyen una importante contribución a este
proceso;
61. Reiteramos la necesidad de
integrar el proceso de los programas 21 locales, como se mencionó anteriormente,
en un plan de acción mundial para la ejecución del Programa de Hábitat.
Deberían armonizarse los objetivos, políticas y estrategias de ambos procesos
con el fin de fomentar la planificación y la gestión urbanas sostenibles;
62. Reiteramos también que los
gobiernos, las autoridades locales y otros asociados del Programa de Hábitat
deberían vigilar y evaluar periódicamente sus propias actuaciones, y en la
aplicación del Programa de Hábitat, los gobiernos a todos los niveles deberían
determinar y difundir las mejores prácticas y aplicar indicadores de desarrollo
relativos a la vivienda y los asentamientos humanos. Con este fin, necesitamos
fortalecer la capacidad de todos los asociados del Programa de Hábitat para
tramitar y analizar información, así como para comunicarse entre sí;
63. Otro objetivo es traducir las
mejores prácticas en políticas y posibilitar su emulación. A este respecto, la
comunidad internacional debería garantizar la estructuración y difusión de
prácticas y políticas de eficacia comprobada;
64. Reconociendo que los que viven
en la pobreza son de hecho ricos en facultades innovadoras y que el
microcrédito es importante para erradicar la pobreza y mejorar los
asentamientos humanos, y en vista del éxito obtenido por algunos países en esta
esfera, instamos a los gobiernos, dentro de su régimen jurídico, y a las
instituciones financieras nacionales e internacionales a que fortalezcan los
marcos institucionales por los que sería posible hacer llegar el microcrédito a
los que viven en la pobreza, particularmente, a las mujeres sin garantías o
seguridad;
65. Reiteramos que la cooperación
internacional cobra una mayor importancia y significado habida cuenta de las
tendencias recientes hacia la mundialización y la interdependencia en la
economía mundial. Es necesario contar con la voluntad política de todos los
Estados y adoptar medidas concretas a nivel internacional, incluso entre
ciudades, para inspirar, promover y fortalecer formas existentes e innovadoras
de cooperación y asociación, coordinación a todos los niveles y aumento de las
inversiones de todas las fuentes, incluido el sector privado, con el fin de
contribuir eficazmente al mejoramiento de las condiciones de la vivienda,
especialmente en los países en desarrollo. A este respecto, decidimos también
prestar especial atención a las ciudades y otros asentamientos humanos en
medios naturales críticos, tales como zonas áridas y semiáridas, con el fin de
proporcionar asistencia y apoyo para su desarrollo;
66. Confirmamos nuevamente el papel
de la Comisión de Asentamientos Humanos y del Centro de las Naciones Unidas
para los Asentamientos Humanos (Hábitat) en el fomento, la promoción, la
vigilancia y la evaluación de los progresos realizados en la aplicación de los
objetivos de vivienda adecuada para todos, proporcionando una seguridad
jurídica de la tenencia y un desarrollo sostenible de los asentamientos humanos
en todos los países y combinando las mejores prácticas, y políticas de
promoción, y recopilando legislación y planes de acción para determinar
ciudades modelo para las dos campañas mundiales y fomentando el debate
normativo[12]
y las medidas operacionales sobre cuestiones importantes de los asentamientos
humanos, entre otros medios, mediante la publicación oportuna y periódica de
informes ilustrativos mundiales. También apoyamos el establecimiento del
sistema de gestión de tareas para el Programa de Hábitat, destinado a permitir
una mejor vigilancia y refuerzo mutuo de las medidas aplicadas por los
organismos internacionales en apoyo de la ejecución del Programa de Hábitat;
67. Reafirmamos nuestro respaldo a
la cooperación internacional como elemento fundamental para aplicar la
Declaración de Estambul y el Programa de Hábitat. A este respecto, invitamos al
Secretario General a que informe a la Asamblea General, en su quincuagésimo
sexto período de sesiones, sobre las posibilidades de revisar y fortalecer el
mandato y la condición de la Comisión de Asentamientos Humanos y la condición,
el papel y el funcionamiento del Centro de las Naciones Unidas para los
Asentamientos Humanos (Hábitat), de conformidad con las decisiones pertinentes
de la Asamblea General, el Consejo Económico y Social y la Conferencia sobre
Hábitat II[13].
68. Acordamos examinar
periódicamente la futura aplicación del Programa de Hábitat con el fin de
evaluar los progresos y de considerar nuevas iniciativas.
[1] Informe
de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos,
Estambul, 3 a 14 de junio de 1996 (publicación de las Naciones Unidas,
número de venta: S.97.IV.6), cap. I, resolución 1, anexo I.
[2] Ibíd.,
anexo II.
[3]
Resolución 55/2.
[4] Informe
de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos
(Hábitat II), Estambul, 3 a 14 de junio de 1996 (publicación de las
Naciones Unidas, número de venta: S.97.IV.6), cap. I, resolución 1,
anexo II, párr. 25.
[5] Los
informes se han presentado al período extraordinario de sesiones en calidad de
documentos informativos.
[6]
A/S-25/3.
[7] Véase Documentos
Oficiales del Consejo Económico y Social, 2000, Suplemento No. 3 y
corrección (E/2000/23 y Corr.1), cap. II, secc. A, resolución 2000/9.
[8] Informe
de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos,
Estambul, 3 a 14 de junio de 1996, publicación de las Naciones Unidas,
número de venta: S.97.IV.6), cap. I, resolución 1, anexo II.
[9] Ibíd.,
párr. 40 k).
[10] Ibíd.,
párr. 119 e).
[11]
Naciones Unidas, Recueil des traités, vol. 75, No. 973.
[12] El
término “norma” se refiere a normas, directrices o principios generalmente
aceptados, y no debería considerarse que esas normas se aplicarán mediante
instrumentos jurídicos vinculantes.
[13]
Resoluciones de la Asamblea General 51/177, de 16 de diciembre de 1996 y
53/242, de 28 de julio de 1999, conclusiones convenidas de la serie de sesiones
de coordinación del Consejo Económico y Social de 2000 (Documentos
Oficiales de la Asamblea General, quincuagésimo quinto período de sesiones,
Suplemento No. 3
(A/55/3/Rev.1), cap. V), y párrafos 224 y 229 del Programa de Hábitat. Fecha de
referencia: 03-12-2001, FUENTE: “CIUDADES PARA UN FUTURO MÁS SOSTENIBLE”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario